En el año que acaba de pasar me di cuenta de que es increíble como inconscientemente empiezo a necesitarte con el tiempo. Suena todo bastante gay, pero cuando pasan algunos días sin verte, voy echando cada vez más de menos tu voz y tus palabras, tu hiperactividad, tus gestos, tu risa, tu llanto, tus expresiones y tus ojos inquietos. Tus frases típicas, tus suposiciones dudosas, tus enrollamientos eternos, tus historias y tus esfuerzos por mantenerme siempre con el ánimo por las nubes. Y es tan extraña la manera en que encajamos perfectamente en un segundo cuando nos vemos, aunque hayan pasado siglos... el tiempo no parece transcurrir para nosotras, aunque sabemos que sí lo ha hecho. Basta con mirar un poco hacia atrás.
Me ha pasado con algunas personas que siento que las conozco de otra vida. Contigo me pasa algo distinto. Siento que ESTE era el momento en que debíamos conocernos, llegamos una para la otra justo en el instante preciso e ideal.
Acordate que lo mejor que nos entregamos cada día es la incondicionalidad continua, mutua e insoportable que nos tenemos :D gracias por ser mi pequeño gran complemento, Javiera Arias.
