Luz

martes, 29 de julio de 2008


A veces me imagino cómo sería ser un simple fluído para dejarme suavemente deslizar y encerrar dentro de un frasco bonito, preocupándome sólo de llenar cada uno de los espacios en su interior. Pero cuando puedo hacerlo, termino siempre con la panza llena de plomo y de esas familiares ganas de salir corriendo. Me supera la idea de tener que abrir la tapa cada día para poder ver el Sol.