A veces, las cosas que merodean mucho tiempo por nuestra mente, con el tiempo pasan a formar parte de esa nebulosa ubicada en alguna remota parte de nuestro ser, eso que llamamos olvido. Y creemos que nunca van a volver, pero siguen ahí presentes, y basta con una palabra, una actitud o un gesto para que vuelvan a nuestra memoria, y ocupen, como antes, un lugar gigante, egoístamente, en nuestra cabeza. Vuelve a invadirnos molestamente un mal recuerdo o un estado de ánimo que en el pasado creímos haber espantado como a una simple mosca. CÓMO ES LA COSA ENTONCES? hay obsesiones que creemos que nunca nos van a abandonar. Pero lo que hay que hacer es concentrar cada una de nuestras neuronas en enfrentar estas dificultades y destruirlas. El proceso comienza cuando inconscientemente empezamos por verle cada uno de los puntos negativos a la situación una vez que descubrimos que no hay otra y ya las perdimos todas, incluso a veces por inercia o por aburrimiento lo hacemos. Luego, admitimos que estábamos mal enfocados, que fue una estupidez creer en todo lo que creíamos, renegamos de lo que hasta hace poco, era en lo único en que pensábamos. Y finalmente, nos reconfortamos con pequeñas alegrías. Por lo general, pensamos que así es como hemos destruido y olvidado para siempre nuestro problema, pero lo que tendemos a hacer sin darnos cuenta, es simplemente mandar toda la basura que nos estaba presionando a la indefinida nube del olvido. Y así es como vamos creando a nuestro alrededor un círculo vicioso que nos limita, nos desanima y nos lleva a hacernos siempre la misma pregunta: "¿cuánto más voy a tener que soportar?"La respuesta es bastante simple : hasta cuando nosotros queramos.
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