Starmaster.

domingo, 14 de octubre de 2007




Con mi más reciente descubrimiento alborotando mi cabeza, con la melodía perfecta en la punta de la lengua, llegué corriendo en medio de un torbellino, prodigando al mundo risas y quizás qué mas. Aún no podía creer que la había encontrado.


Como un niño pequeño que no aguanta la impaciencia de contar algo, no alcancé a cerrar los labios, y la ideal melodía salió disparada como un cohete, arrasando con todo a su alrededor, creando una perfecta catástrofe.
-No - me decía una voz desde alguna remota zona de mi mente - así no...

-¿Cómo entonces?

Me costó aprender que no debe ser descubierta en acción. Debe nacer de tus entrañas y trepar por ellas hasta lo más profundo del ser. Nadie puede quitártela: es tuya nada más. Y si la querés compartir, ya es cosa tuya...quién sabe.

Muchos han pasado toda una vida robando melodías, qué feo, y qué giles. No saben de lo que se pierden. No es tan difícil encontrar el disco eterno interior, basta con dejarse llevar.

0 comentarios: